Aunque todos los días rezamos por el Romano Pontífice y por nuestro Arzobispo, hoy muy particularmente queremos redoblar nuestras oraciones por ellos, y manifestar nuestro más sincero agradecimiento, al Vicario de Cristo por reconocer la libertad de celebrar la Santa Misa Tradicional, y a nuestro Arzobispo Julián, por haber atendido y facilitado el deseo de los fieles de esta archidiócesis de Santiago interesados en participar en la llamada forma extraordinaria del rito romano.
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