sábado, 6 de diciembre de 2008

II Domingo de adviento (Domingo populus Sion)

En la liturgia de hoy encontramos una insistente invitación a la esperanza. A ella nos incita el Introito al afirmarnos que nuestro corazón se llenará de alegría cuando venga el Señor a salvar a todas las naciones.Según San Pablo, en la Epístola que hoy se lee, todas las divinas Escrituras anteriores a Jesucristo fueron inspiradas por Dios para infundirnos esperanza.
El Gradual y el Aleluya nos mueven también a esperar mirando la hermosura del Mesías que se acerca y la de la entrada en el cielo, que El nos franqueará. El Evangelio nos traslada a la cárcel de Maqueronte donde está el Precursor, que señala a Jesucristo como la esperanza del mundo. Finalmente, la misericordia del Redentor, sus méritos, sus gozos y su Eucaristía, son nuevos estímulos propuestos en el Ofertorio, en la Secreta, en la Comunión y en la Poscomunión para acrecentar nuestra esperanza.

Introito(Is.30): Pueblo de Sión: he aquí que el Señor vendrá a lsalvar las naciones, y hará oír la voz de majestad, y nuestro corazón se inundará de gozo.- (Ps.79) Escúchanos, Tú, Pastor de Israel, que guías a José, cual pasto a sus ovejas. Gloria al Padre.- Pueblo de Sión, etc.

Oración: Despierta Señor, nuestros corazones para que preparen el camino a tu Unigénito, y merezcamos servirte con almas purificadas por la venida de Aquel que vive y reina contigo en unidad del Espiritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

En la EPISTOLA, el Apóstol de las gentes describe la misión del Redentor: unir en una sola familia al pueblo judío y al gentil, la Iglesia, destruyendo toda barrera de separación.

Epístola (Rom., 15, 4-13): Hermanos, todo cuanto se ha escrito, para nuestra enseñanza se ha escrito, a fin de quem por la paciencia y la consolación de las Escrituras, mantengamos la esperanza. El Dios de la paciencia y de la consolación os dé tener los mismos sentimientos entre vosotros conforme a Jesucristo. Para que con un mismo corazón y una misma boca glorifiquéis al Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Por lo cual, favoreceos unos a otros, como Cristo os favoreció a vosotros para gloria de Dios. Porque os digo que el Cristo Jesús ministro de los circuncidados (quiere decir: del pueblo judío) fue en prueba de la veracidad de Dios, para que se confirmasen las promesas hechas a los padres. Pero los gentiles que glorifican a Dios han sido llamados en prueba de su misericordia, según está escrito. Por eso te confesaré entre las gentes y cantaré salmos a tu nombre. Y en otra parte dice: regocijaos, gentes, con su pueblo. Y en otra: alabad al Señor todas las naciones, alabadle más y más todos los pueblos. Asimismo Isaías dice: Brotará la vara de Jesé (padre de David) y quien se levante a tener el imperio de las gentes, en él esperarán las gentes. El Dios, pues de la esperanza os colme de todo gozo y paz en vuestra fe, a fin de que abundéis en la esperanza por virtud del Espíritu Santo.

Gradual (Ps.49): Brillará en Sión el esplendor de su hermosura; Dios vendrá de un modo visible. Reunid ante Él a sus santos, los que sellan su alianza con sacrificios.

Aleluya, aleluya (Ps.121) Mucho me he alegrado cuando me han dicho: iremos a la casa del Señor. Aleluya.

El EVANGELIO nos instruye de los caracteres de Aquél para cuya venida nos preparamos, a fin de que veamos en Él al Hijo de Dios hecho hombre anunciado por los profetas.
Evangelio (Mat., 11,2-10): En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos:
-«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió:
-«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo:
los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.
¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!»
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
-«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿0 qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta?
Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:"Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti."
Credo
Ofertorio (Ps.84): Oh Dios, vuélvete a nosotros y danos la vida; y tu pueblo se regocijará en Ti: muéstranos Señor tu misericordia y danos tu salvación.
Secreta: Te rogamos Señor, que te aplaques con los sacrificios y oraciones de nuestra humildad; y pues no tenemos ningún mérito propio, sé tú mismo nuestro auxilio. Por Nuestro Señor Jesucristo...
Comunión (Bar.4): Levántate Jerusalén, y colócate en alto; y contempla desde allí las delicias que tu Dios derramará sobre Ti.
Poscomunión: Confortados con el manjar espiritual, te rogamos Señor, humildemente, que con la recepción de este sacramento, nos enseñes a despreciar lo terreno y a amar lo celestial. Por Nuestro Señor Jesucristo...

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