martes, 26 de agosto de 2008

Explicación de la Santa Misa (IX): Kyrie eleison

El sacerdote, volviendo al medio del altar, dice nueve veces alternativamente con los ministros: Señor, ten piedad. No siempre se ha dicho el Kyrie en medio del altar; antes se decía al lado de la epístola, lo que se observa aún en la Misa cantada; la razón de haber mudado de lugar viene que se ha creído conveniente recitar esta oración al frente de la cruz.
Kyrie eleison son dos palabras de origen griego que la Iglesia latina ha querido conservar en su liturgia, así como ciertas palabras hebreas: Por este tributo de homenaje rendido a las lenguas de las liturgias apostólicas parece proclamar la Iglesia la identidad del sacrificio que ofrece hoy con el que se ofreció en las ilustres Iglesias fundadas por los apóstoles en Jerusalén, Alejandría, Antioquía, Roma, Efeso y Corinto.
También puede decirse que la consagración de las tres lenguas de la Misa remonta al título célebre de la cruz de Jesucristo, escrito en hebreo, en griego y en latín.
El número de estas invocaciones no ha sido siempre determinado; antiguamente se repetían mientras duraban las oraciones preparatorias y la incensación; después se ha calculado el tiempo necesario para esto y se han reducido a nueve, para indicar el canto de los ángeles que componen nueve coros. Las tres primeras invocaciones se dirigen al Padre; las tres segundas al Hijo y las tres terceras al Espíritu Santo. La oración que se hace a las tres personas es, pues, idéntica para profesar la unidad de naturaleza en Dios; su número es distinto para profesar la distinción de las tres divinas personas e igual para publicar su igualdad perfecta en las perfecciones infinitas. Son tres gristos de perdón por lo pasado, tres gritos de auxilio para lo presente y tres gritos de misericordia para el porvenir de nuestra salvación.

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